Un extraño en una barra de cuero sedujo al Boy Lane, trabajándolo en un frenesí de deseo antes de entregarle la tarjeta. La tarjeta de llamada cara con el Colectivo Pulsquo;s dirección impresa en ella, en una simple fuente negra. Esta era la llave del agujero del conejo. El extraño sabía que el chico saltaría. Había visto la mirada en sus ojos. La mezcla igual de miedo y deseo, que el hombre había visto en los ojos de muchos otros chicos. Los chicos con esa mirada siempre saltaban. Lane lo hizo. Comenzó su viaje salvaje hacia la esclavitud en el Colectivo que terminó con él arrodillado en una cuadra, cegado por un foco. A la venta.
¿Un final?
El Maestro Snow ganó la subasta y reclamó su nuevo esclavo. Ahora, en su habitación es hora de que disfrute de su Premio. Boy Lane se arrastra a la habitación en sus rodillas vacilante y humilde como Master Snow le acerca más. Después de que Boy Lane lo haya desnudado, Master Snow besa su nuevo juguete, pero no como amante. El hombre sabe al chico, disfrutando de él, como sips de burgundy vintage, o puños de un caro puro.
Hace que su esclavo lo desvestigue, lo chupa. Se come el niño amañado; es como si fuera lo mejor que haya probado. Luego hace que Boy Lane atraviese su poderoso torso musculoso e impale a sí mismo en su maestro palrsquo;s imposiblemente polla gorda. El niño puede caerrsquo;t ayudar pero clamar con dolor mientras su agujero se extiende abierto, pero su polla se mantiene dura con el éxtasis de entregarse a su nuevo maestro. Cuando el Maestro Nieve roda Boy Lane sobre su espalda y monta su juguete para criarlo, Boy Lane sabe que cuando su maestro arde su semilla en sus entrañas, su destino será sellado, pero su vida será completa.