Me dieron instrucciones de entrar en la habitación usando un vestido ceremonial. El lugar era ligero y ventilado y recubierto con cortinas de billowing. El Maestro Figata estaba sentado en un banco parecido a una cama en el centro de la habitación. El Maestro Weston estaba en la parte trasera del espacio.
Me dijeron que me parara. Mi vestido fue retenido juntos por un solo arco de tela, que Figata undid. Todo se hundió al suelo, dejándome completamente desnudo.
Me ordenó que me metiera en la cama y lo hice justo, presentándole mi culo tan dócilmente como pude. Sabía lo que venía. Antes de mucho tiempo, sentiría la sensación abrumadoramente excitante de su lengua que se deslizaba entre mis mejillas del culo y en mi agujero.
Me ordenó que me volteara y lo enfrentara, desperdiciando sus moscas y empujando su ingle hacia mi boca. Tengo ganas de trabajar. Es imposible describir cuánto le quería en ese momento. Luego se puso detrás de mí y metió su polla. Me penetró con golpes profundos y brillantes.
El Maestro Weston entonces subió a la cama y antes de mucho nos estábamos besando con profunda pasión. Momentos más tarde el Maestro Figata exigió que me pusiera en la espalda. Weston sostenía mis piernas mientras Figata me frotaba, mirándome a los ojos, una mirada de convicción arrasada en su cara;