El Maestro Reese ya podía sentir su creciente excitación mientras el Maestro Marko llevó al Niño Milo al piso diminuto. El esclavo gemelo de piel oscura sólo llevaba un jockstrap negro, que exhibía completamente la erección que acababa de ser guiado por su superior de barril.
El Maestro Marko señaló al jovencito Tomásquo; su rigidez hacia el ojo vigilante del Maestro Reese, presentándolo con orgullo, como si dijera, Mira qué buen producto es. Mira lo bien que se entrenó. Maestro Reese parecía estar de acuerdo; él podía caerrsquo; no se detuvo de golpear su polla a través de sus pantalones!
El Niño Milo mantuvo una expresión de incertidumbre en su rostro, y había incluso el brillo de nerviosismo en sus ojos como el Maestro Marko Pulsquo;s manos vagaban por todo el Niño Pulsoresquo;s cuerpo, corriendo una cinta de medición de sus brazos jóvenes a su pecho, luego a su polla de niño rígido. Boy Milo encontró difícil, si no imposible, ocultar su disfrute se sentía con el Maestro Reese golpersquo;s touch, especialmente una vez que sintió al hombre palrsquo;s lengua entra en su agujero de niño.
El Maestro Stone aceitaba tanto el gemido Boy bordersquo;s agujero además del Maestro Reese bordersquo;s carne rígida y rígida para entrar en él. Las mejillas de Boy Milo estaban brillando, azotadas con aceite. Sus gemidos se convirtieron en gruñidos de éxtasis como el Maestro Reese Pastoresquo; su carne inundada y pulverizada cada pulgada de su pequeño cavernícola Pulhellip;