Él toca #039; está en los cuatro frente a mí en un pequeño negro. Su cuerpo pálido y liso brilla en la luz del día para mi placer visual. Lo llamo adelante y obedece inmediatamente, como debería. Sonrío. Él también.
Me levanto y toco su cara radiante. Una vez que mis dedos llegan a esa sonrisa de él, le dejé chupar sobre ellos. Los devora como si hubiera tenido una comida en siglos, sus ojos cerrando en éxtasis pura con el regalo que acabo de darle.
Saco mis dedos de su boca y empujo su cara en mi ingle, enterrandolo en la tela y en contra de la polla frondosa esperando debajo. Lo dejé desvestirme, anticipación-como electricidad que nos alimenta a los dos. Me baja los pantalones, luego mi ropa interior. Una vez que mi hombría se revela, la sangre de cada parte de mi cuerpo se eleva hasta el punto en que sus labios y mi polla se encuentran.
Lo trata como la realeza, su lengua girando alrededor de la cabeza pulsante mientras el resto de su garganta caliente lo envolvió por completo. En el momento en que me levanta para tomar aire, sé exactamente qué hacer con él después.