Una mañana, acababa de ducharme y estaba en medio de afeitarme. No hace falta decir que estaba desnuda. A mi asombro, Noé-sin golpear ni decir nada-abrió la puerta, caminó desnudo como el día que nació, y comenzó a ducharse.
Normalmente, podría regañar al chico por entrar en mi espacio privado si estuviera tan molesto. Pero sabía lo que pasaba. Noé estaba buscando una reacción y estaba decidido a levantarme y no darle la satisfacción. Y después de que Noé terminara su ducha, pude alcanzar#039; no dejar de notar que me miraba-o más específicamente, mi culo-como él casualmente cepillado contra mí y fuera del baño.
Recientemente, Noah había estado entrando en mi oficina mientras yo estaba lejos en el trabajo. Por lo general, por lo que pude decir, estaba resonando a través de mis cosas o usando mi computadora. Y él siempre insistió en que él era sensible#039; no haciendo lo que yo sabía que estaba haciendo.
No tuve más opción que conseguir una de esas cámaras espía que ves en la televisión para instalar en mi dormitorio para poder atrapar al chico en el acto. Como sospechaba, el contenido de la grabación me había probado bien. Nada me sorprendió... excepto por una cosa.
Ahora, no estoy avergonzado o tímido para admitir que tengo una colección bastante grande de juguetes sexuales. Desde el divorcio de Noah plaga#039; su madre, había estado explorando mi sexualidad un poco y había acumulado bastante colección. Ciertamente no le había anunciado esto a mi hijo, de todas las personas, pero ahora que él sabía, podía entender su curiosidad...