Después de comprarlo en la subasta, tomé al joven Ethan a mi habitación de hotel y me senté en la cama mientras se arrastraba dudosamente hacia mí, nunca una vez sacando sus ojos ansiosos de la mía.
Se arrodilló a mis pies esperando instrucciones, incapaz de evitar correr sus dedos expectantemente sobre mi muslo. Le pegué la barbilla con la mano, trazando el contorno de su boca sultry con el pulgar. Podría decir que me quería muy mal. De repente me venció un deseo de besarlo. Sentía que nuestros labios habían sido unidos por una fuerza magnética invisible.
Me levanté y desperdició la mosca de mis pantalones, antes de desbotonar mi camisa coqueteando, gaseando apreciablemente a la vista de mi pecho peludo antes de besarme arriba y abajo mi cuerpo. De repente se metió mi gran polla en la garganta. Ahora da la cabeza como un verdadero profesional. Pude haberme tirado así durante horas. Saltó a la cama, presentándome su culo suave y pequeño y yo tengo mi lengua ahí arriba. Pero pronto supe que necesitaba cogerlo... Empujé mi polla dura dentro del niño y me puse mi polla cruda dentro y fuera de él, variando el ritmo y la profundidad de mis empuje hasta que cada pulgada de mi cuerpo estaba picando con lujuria. Intentamos cada posición concebible. Cada uno se sentía más satisfecho que el último. Estábamos totalmente conectados, física y mentalmente, pero con cada empuje, podía sentirme acercando al clímax...