Family Dick
Seb, el padrastro de Ángel, habla francés con fluidez, otra razón por la que su hijastro le admira y siempre trata de impresionarlo. Las habilidades francesas de Angel, sin embargo, son deslumbrantes, incitando a Seb a sentarse con él en la mesa de la cocina para darle clases. Sin embargo, mientras Seb comenzó a explicar los matices de las conjugaciones del verbo, Ángel creció cada vez más frustrado. Su mirada en blanco y respuestas vacilantes revelaron una verdad que Ángel había estado tratando de ocultar: se unió a la clase francesa para obtener la aprobación de Seb. La decepción inicial Seb se sintió rápidamente transformado en comprensión. Vio el deseo subyacente de conexión en los esfuerzos de Ángel. Al margen del plan de lecciones formal, Seb decidió probar un enfoque diferente. Un beso francés no tan inocente fue la excusa perfecta para enseñarle cómo la gente en Francia se saluda. Poco sabía que estaba encendiendo una chispa que había sido una de las fantasías de Ángel durante tanto tiempo. Pronto, a ninguno de ellos le importaba más la lección del lenguaje, y una ceniza caliente se desentrañó, cambiando su relación para siempre.