La subasta THE BOY CANYON Vol. 1
El Maestro Aries me repone para verlo desnudarse. Al deshacerse de sus pantalones, su olor me golpea como un ladrillo. Su almizcle me hace salivar y forzar mi cara a su entrepierna y tratar de devorar su polla y bolas pesadas mientras todavía están escondidas detrás del tejido de algodón blanco de sus calzoncillos. Centro mi atención en la cabeza de su polla. Allí se estaban formando manchas húmedas en el material y tuve que probar mi Maestro Pulsquo; s pre-cocina empapada de su hendidura de orina. Cuando bajó sus calzoncillos y me presentó su polla por primera vez, supe que podía vivir felizmente el resto de mi vida con él enterrado dentro de cualquier parte de mí. Corriendo mi lengua a lo largo de su miembro venoso, me di cuenta de lo mucho que amaba el sabor de su polla. Cierro los ojos y empiezo a memorizar las áreas sensibles de su eje con mi lengua.
Salió de mi boca y anda detrás de mí. Mi cuerpo se llena de emoción sabiendo que estoy a punto de sentir que el Maestro Aries me folla crudo y me llena de su nuez por primera vez. Se frota la cabeza carnosa contra mi pucker, me burla antes de apuntar. Siento la presión mientras comienza a empujar, pero soy codicioso y don Pulido#039; no quiero esperar. Tenía que tenerlo, todo en mí ahora. Forzo mi agujero para abrir lo más ancho posible, y se desliza más dentro de su compra. Sabía que había decaído una vez que sentí el pelo en la base de su polla cepillar los labios de mi agujero.



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