Ser miembro de la Orden es un honor. Por eso, como Presidente, no hay nada que disfrute más que dar la bienvenida a un nuevo alumno. Durante su ritual de ordenación, comienzan su viaje dentro de la Hermandad, pero primero, deben pasar un juicio para ser probado digno. Primero, deben quitar toda su ropa, revelando su verdadero yo a mí y sólo a mí. Luego, mientras se ponen los cuatro, les masajearé los pies, moviendo lentamente sus piernas, parando en su polla, y terminando en su pecho, asegurando que su corazón siempre sea puro. Cuando regrese a su polla, usando mis manos para liberarlos de la tentación, se les permitirá chupar mi polla y tomarlo tan profundo como quieran. Si pasan estas pruebas, lameré su culo y les daré el honor de golpearlos. Una vez que me meto mi polla dentro de su culo, no hay vuelta atrás. Nada fortalece el vínculo de la Hermandad como compartir el semen del Presidente. Sólo entonces el ritual estará completo.