Dada su historia viva, Alfonso Osnaya y Jack Waters, no es de extrañar que tengan una fuerte química y un afecto genuino que hace que todo fluya como magia. Alfonso chupa a Jack, sabiendo lo que le gusta, y Jack come felizmente el agujero de Alfonso. Alfonso pronto monta a Jack, y no importa cómo lo haga, ambos hacen un punto de mirarse unos a otros, expresando alegría.