Desde que Elder Texas llegó a la hermandad, él ha hecho todo en su poder para destacar. Es un misionero ejemplar, y su voluntad de seguir el camino de Dios es admirable. Sin embargo, tiene un pequeño secreto sucio: le gusta masturbarse a la imagen de hombres sexys en los comportamientos más pecaminosos. El presidente Leblan, uno de los mayores partidarios de Elder Texas, ha encontrado su reserva secreta de pornografía, una transgresión que puede sacarlo de la orden inmediatamente. Pero el presidente Leblan no quiere expulsarlo porque tiene un interés especial en él. No sólo cree que el joven misionero está destinado a la gloria, sino que también comparte sus inclinaciones impuros. Él entiende que cada miembro de la orden tiene impulsos, y está dispuesto a ayudarlo a satisfacer esas ansias en secreto para mantenerlo en su camino. Pero Elder Texas tendrá que "atone" por su pecado agradable y duro si quiere complacer al Presidente y evitar la expulsión de la hermandad.