Después del gimnasio, Andolini camina por Lyon aún cargado de adrenalina. Se cruza con Cody, un americano guapísimo de paso, que no puede dejar de mirarle el cuerpo. Una mirada y ya hay tensión. El café es la excusa, las escaleras la prueba, y cuando quedan solos, el descanso se convierte en sexo intenso y crudo.