Un tenista ambicioso (mayor de 18, claro) demuestra que es todo un as cuando se trata de tragarse polla y abrir culo.
Sin querer ser malos, sospechamos que Louis Blakeson va a necesitar una legión de entrenadores si quiere nivel Grand Slam. Pero en la cama ya es profesional. Paul Walker, que está caliente todo el día, le dice que tomen un descanso del entrenamiento... y en cuanto entran en casa, Blakeson ya está de rodillas chupándole la polla bien cortada al coach.
Walker vive para el sexo, así que se calienta rápido: primero dedo en ese culito apretado, luego la verga gruesa hasta el fondo, bolas contra el culo. Lo folla sin piedad y a Blakeson le encanta dejarse controlar por un macho alfa.
El tío acaba corriéndose mientras le revientan el culo, y Walker termina echándole un facial enorme, bañándole la cara en crema y dejándolo hecho polvo.