El oficial Brogan tiene una tolerancia cero para los punks como Alfonso. Creen que son tan inteligentes, ocultando cosas entre sus piernas y pensando que nadie lo comprobará, pero Brogan no es extraño en ensuciarse las manos. Si tiene que agarrar las bolas del prepa para enseñarle algunos modales, lo hará! Eventualmente, Alfonoso se da cuenta de que su actitud smug lo llevará a ninguna parte, así que trata de hacer un trato con el guardia de seguridad enojado. Brogan piensa en ello, reflexiona sobre lo que sus manos sentían cuando estaba buscando al joven ladrón de tiendas por mercancía robada, y finalmente le corta un trato. Si el lindo culo de Alfonso puede tomar la autoridad carnosa de Brogan y luego prometerle que no vuelva a robar en su territorio, puede alejar a un hombre libre.