Marce Garrido, REI LEONARDI
Cuando Marce Garrido entró en el apartamento de Rei Leonardi, sus ojos ya le rogaban. Rei Leonardi, dominante y musculoso, le burlaba con cada mirada.
En el salón, las formalidades se desvanecieron. Tongues deslizarse, escupir goteo; Leonardi lo empujó al suelo y cogió ese agujero apretado duro, haciéndolo gemir, temblar y rogar.
De habitación a habitación, Leonardi reclamó cada pulgada, derramándose profundamente dentro mientras Marce se presentaba por completo, convirtiéndose de cliente en su pequeño niño goteo.